La búsqueda por prevenir enfermedades y mejorar la salud humana ha estado históricamente ligada al desarrollo tecnológico. Máquinas, dispositivos y sistemas han sido parte de esos elementos que han facilitado la creación de métodos y estrategias de salud para la prevención y contención de enfermedades.El contexto actual de pandemia ha sido probablemente la muestra más evidente de esta situación. Organizaciones, gobiernos y empresas privadas han puesto entre sus objetivos el desarrollo de herramientas innovadoras que permitan fortalecer el control de la pandemia.
A diferencia de algunas metodologías tradicionales de trabajo médico las nuevas herramientas no sólo han tenido que lidiar con las dudas sobre su efectividad, sino que también han debido enfrentar cuestionamientos relacionados a su compromiso con la privacidad y dignidad de las personas.
Hoy en día existen dispositivos y aplicaciones que, por ejemplo, permiten medir el nivel de glucosa en la sangre al mismo tiempo que registran esta información en una base de datos, ofreciendo la posibilidad de generar reportes detallados del estado de salud del paciente y mejorando en gran medida la información con que cuentan los y las doctoras para tomar decisiones o entregar recomendaciones el paciente.Del mismo modo aplicaciones para llevar un registro de los latidos del corazón, de la calidad de sueño, de la salud bucal, de la actividad y salud sexual, entre otras variables, se complementan con dispositivos físicos que permiten registrar en bases de datos información en vivo del estado de salud de las personas.
A continuación se hará revisión de tres casos en donde dispositivos y sistemas destinados al incremento del bienestar personal han sido utilizados por empresas privadas como parte de sus tácticas comerciales de crecimiento. Curiosamente en los casos descritos no es el cuestionamiento a la legalidad lo que predomina, sino que las críticas recaen principalmente sobre el ámbito ético, dejando entrever algún tipo de disonancia entre lo permitido por la legislación y la percepción por parte de los usuarios de qué es correcto permitir o no en materia de manejo de datos de salud.
Mapas en tiempo real con datos de temperatura corporal
The Clorox Company es una compañía especializada en la producción y distribución de artículos de limpieza y desinfección comercializados en todos el mundo. Entre sus productos más reconocidos se encuentran los limpiadores de piso Poett y la marca Clorox en sus distintas presentaciones.En los últimos tiempos la compañía ha incrementado sus ventas a niveles que superan el 20% tras recomendarse la desinfección de ropas y espacios del hogar como medida efectiva para la prevención del coronavirus.
Si bien la demanda de sus productos anotó un récord sin precedentes, para Clorox no resulta novedoso que la venta de sus productos se eleve en contextos de enfermedades virales. De hecho es justamente en temporadas de gripes cuando la compañía ha desarrollado estrategias comerciales más agresivas.
Durante el año 2018 Clorox firmó un acuerdo con la compañía productora de termómetros inteligentes Kinsa, los cuales se caracterizan por la posibilidad de sincronizarse con un teléfono inteligente a través de su aplicación móvil oficial que permite registrar la temperatura del paciente y sus síntomas.
Fotografía de Julien G. en Flickr bajo licencia CC BY 2.0.
El acuerdo entre las compañías contempló el acceso y uso de los datos registrados por los termómetros inteligentes, es decir, la información de salud de los usuarios de estos termómetros. Si bien según Kinsa los registros de temperatura corporal se entregan de manera agregada y desasociados de nombres de usuario u otros elementos que permitan identificar individualmente a cada sujeto, los datos sí son asociados a un código postal que permite georreferenciar y construir mapas con información en vivo de las temperaturas corporales de los usuarios, es decir, los datos de Kinsa permitirían visualizar con gran exactitud qué lugares del país se encuentran más o menos enfermos en distintos periodos de tiempo, utilizando como indicativo la temperatura corporal reportada. Dado que la fiebre es uno de los principales indicativos de contagio de enfermedades de temporada como la gripe o la actual pandemia de COVID-19, la información obtenida por Clorox permitió generar una campaña publicitaria con una exactitud sin precedentes para la compañía al dirigir los anuncios a aquellos sectores que reportaban mayores temperaturas y, por tanto, mayores niveles de contagio.
Aunque los datos entregados por Kinsa parecen estar conformes al marco legal vigente en Estados Unidos, sostener que el registro de la enfermedad sólo se encuentra en base de datos de compañías dedicadas al bienestar personal es una mirada obtusa de la realidad.Hoy en día Google se ha convertido no sólo en la principal empresa de publicidad del mundo, sino que también en la instancia inicial de consultas sobre síntomas y enfermedades. Por este motivo, es posible prever que los usuarios de los termómetros no sólo registraron su enfermedad en la aplicación de Kinsa, sino que también realizaron alguna búsqueda en Google sobre su estado de salud lo que permitiría perfilar con mayor precisión quién es la persona enferma y predecir cuál es su padecimiento.
El acuerdo entre Clorox y Kinsa es el caso público más conocido a la fecha, sin embargo, la misma compañía de termómetros admite haber vendido bajo condiciones similares la base de datos a laboratorios farmacéuticos lo cual les permitió afinar los sistemas de distribución de remedios según los sectores que presentaban mayor o menor temperatura.Si bien desde un punto de vista comercial e incluso logístico parece ser una decisión certera y eficiente, resulta preocupante que sea información de salud personal la que guíe estas estrategias, sobre todo cuando se estaría desconociendo que el acceso a este tipo de soluciones tecnológicas está limitado a un sector de la población que tiene los medios para adquirir y utilizar un termómetro con conexión a internet, provocando que sectores pobres con mayor grado de vulnerabilidad sean marginados del abastecimiento de la medicina necesaria para cuidar o mejorar su salud.
Para comprender de mejor manera el alcance de la información que registran los termómetros, el sitio web denominado Healthweather permite utilizar los datos recabados a través de la aplicación de Kinsa para conocer el estado de salud de las distintas ciudades o sectores del país. De esta manera, por ejemplo, es posible saber qué virus son los más contagiosos en el día de hoy y cuál es el nivel de riesgo de contagio.
Monitor de riesgo de enfermedades Healthweather de Kinsa
Amazon y la venta de medicamentos en base al análisis de voz
El asistente de voz de Amazon conocido como Alexa es uno de las tecnologías más promocionadas y valorados por esta compañía de comercio electrónico. Si bien existen otras grandes empresas de tecnología que compiten en este mismo segmento tales como Google, Apple y Microsoft, Alexa cuenta con una importante ventaja: permite que a través de un simple comando voz sus usuarios puedan adquirir millones de productos de Amazon.
Ilustración presente en patente presentada por Amazon obtenida desde el periódico El Español
En el 2018 Amazon registró una patente denominada “Determinación de características emocionales y físicas de los usuarios basada en la voz” la que describe una potencial funcionalidad de Alexa mediante la cual podría analizar el habla y los ruidos “anómalos” como la tos o los sollozos con el fin de determinar el estado emocional y de salud del usuario. El objetivo de este análisis es generar recomendaciones de compras de, por ejemplo, un medicamento en caso de detectar tos.
El problema es doble: por un lado persiste la cuestionable práctica de mantener un sistema de escucha constante por parte de Amazon, empresa que por lo demás ha admitido que empleados de su compañía pueden escuchar conversaciones de sus usuarios y, por otro lado, el hecho de diagnosticar a una persona sólo basado en un elemento tan variable como es la voz.
Desde un punto de vista médico también podría considerarse como problemático la posibilidad de que un sistema desarrollado para aumentar el consumo de productos, como lo es la plataforma Amazon y su asistente de voz, sea utilizado para la compra de medicamentos, pudiendo tener efectos nocivos como el aumento de la automedicación o el uso indiscriminado de remedios.
Si bien a la fecha el delivery de medicamentos en base al análisis de voz no se encuentra activo, sí existen avances relevantes para alcanzar este objetivo.El lanzamiento de la pulsera de bienestar Amazon Halo continúa en esta línea de desarrollo. Este dispositivo integra el asistente de voz Alexa y permite medir el ritmo cardiaco y el estado de ánimo de sus usuarios basándose en el análisis de voz al contar con dos micrófonos integrados, concretando parcialmente la patente registrada descrita anteriormente.La aplicación para teléfono móvil asociada a Halo ofrece además la posibilidad de subir fotografías del cuerpo del usuario con el fin de generar un perfil completo.
De esta manera Amazon ya es capaz de identificar emociones a través de un dispositivo hecho para ser portado 24/7 por el usuario al poseer batería de larga duración, resistencia al agua y funcionalidades que miden actividades diurnas y nocturnas, dando la impresión de que Halo es más bien un ensayo de la tecnología de reconocimiento de emociones con miras a implementarse por defecto en los asistentes de voz de casa.
Por su parte Amazon Pharmacy fue presentado públicamente en noviembre del 2020 como la nueva línea de negocios de la compañía, aunque su origen puede rastrearse desde la adquisición de PillPack, una empresa de venta de medicamentos en línea.Para los expertos el nacimiento de Amazon Pharmacy es un paso previsible en el desarrollo de la compañía, en tanto ha transformado su negocio de venta en línea de libros y artículos a uno basado en la creación de productos y servicios para el bienestar general. Por este motivo Amazon ha incursionado en la creación de marcas propias relacionadas a la venta de alimentos e incluso en supermercados con sistemas de pagos inalámbricos asociados a los métodos de pago registrados en Amazon, asimilando la experiencia de compra física a la virtual.A través de esta estrategia Amazon intenta posicionarse como referente en materia de salud de las personas al marcar presencia en los ciclos de alimentación, cuidado de la salud y tratamiento de enfermedades.
Una de las ventajas con las que Amazon Pharmacy es promocionada se relaciona con pacientes que por su condición de salud se ven impedidos de hacer retiros de medicamentos. Además, a diferencia de otros servicios de farmacias en línea, Amazon Pharmacy se vanagloria de su capacidad de distribuir medicamentos con prescripción médica.Aunque los beneficios de un sistema de compra y envío de medicamentos con niveles de eficiencia incomparables es sin duda una solución atractiva, cabe recordar que para Amazon esto es una línea de negocios basados en los beneficios económicos proyectados de la industria farmacéutica y, aún más, en el tratamiento de los datos de salud de los usuarios.
La estrategia de Amazon de desarrollar productos y servicios dotados de reconocimiento de voz, sistemas “inteligentes” de compra y registros de datos de salud se condice con la búsqueda de convertirse en una ventanilla única para la compra de insumos básicos como la alimentación y los medicamentos. Por este motivo la empresa ha invertido grandes sumas de dinero en mejorar los tiempos de despacho, llegando hoy en día incluso a entregas dentro del mismo día a través de drones o robots repartidores. El objetivo es generar dependencia del sistema de compras evitando que sus usuarios consideren realizar compras en el mercado tradicional o en otras plataformas.Lamentablemente el costo de esta experiencia de compra simplificada e inteligente son los datos de sus usuarios. Es esta información la que permite generar anuncios personalizados o recomendaciones de compras.Si esta idea es llevada al campo de la salud, el registro histórico de síntomas y enfermedades que Amazon sería capaz de acumular a través de los años le permitiría saber con mayor precisión cuándo un usuario se enfermará, de qué enfermedad y qué remedio preferirá. Esto podría conllevar la generación de una estrategia comercial en que el tratamiento de los datos de salud sea utilizado para sugerir al potencial cliente –incluso antes de que detecte los síntomas– la compra de algún medicamento para prevenir o aliviar los efectos de, por ejemplo, el virus de temporada.
Consideraciones previas a la contratación de un seguro de vida (si es que posees un reloj inteligente)
A fines del año 2019 Google confirmó la compra de la compañía de relojes y pulseras inteligentes Fitbit que por muchos años mantuvo cierto nivel de liderazgo en el desarrollo de hardware y software de salud, lo que le permitió mantener una importante base de usuarios.
Esta adquisición responde al objetivo por parte de Google de lograr dominar el mercado de los weareables e imponer WearOS como el sistema operativo más popular entre los relojes inteligentes, tal como lo logró con Android y los smartphones, sin embargo, para los expertos la compra de Fitbit por un precio que alcanzó los 2.100 millones de dólares está basada más en el valor de los datos de salud de los 28 millones de usuarios que poseía Fitbit y no tanto por el software o hardware de Fitbit.
Debido al peligro que supone que una compañía con una posición tan dominante en casi todos los mercados como lo es Google sea también dueña de una gran cantidad de datos de salud, la organización Privacy International solicitó a la Comisión Europea la revisión de esta adquisición argumentando que existen problemas históricos en el tratamiento de datos y el cumplimiento de normas por parte del buscador, los cuales podrían causar efectos negativos de gran alcance al tratarse de la posesión y tratamiento de datos de salud tales como ritmo cardiaco, patrones de sueño, niveles de saturación de oxígeno, ciclos menstruales y datos sobre la vida sexual de una persona. Este reclamo no llegó a buen puerto y finalmente Google pudo hacerse de la tecnología y datos de Fitbit.
Si bien resulta tentador profundizar en las implicancias de la compra de Fitbit y el traspaso de los datos de salud de sus usuarios a Google, en este caso resulta ser sólo un antecedente de una situación de mayor complejidad y que relaciona al buscador y la venta de seguros de vida.
En la actualidad Alphabet Inc –multinacional dueña de Google– es propietaria de Verily, compañía dedicada a realizar estudios científicos en el ámbito de la salud. A través de esta empresa Google ha desarrollado una gran base de datos de salud, la cual es almacenada en sus servidores.Para llevar a cabo este proyecto la compañía decidió utilizar como estrategia para obtener información la entrega de una pulsera inteligente a personas que dan su autorización para recabar y utilizar sus datos de salud a cambio de un pago. Este hecho podría convertirse en prescindible si Google decide comenzar a explotar los datos recabados por los relojes y pulseras de los millones de usuarios que poseía Fitbit y que ahora son parte de su ecosistema.En concreto, la adquisición de Fitbit podría marcar el paso de un modelo en que la compañía debe pagar a usuarios para recabar sus datos de salud, a otro en el que los usuarios pagan a Google mediante la adquisición de sus pulseras o relojes autorizando inconscientemente la utilización de sus datos para los fines que la compañía considere pertinente el cual parece ser el de los seguros de vida.
Han sido ya varios los acercamientos que Google ha tenido con el negocio de los seguros, el cual se inició con el desarrollo de un comparador de seguros que se encuentra disponible sólo en algunos países, sin embargo, es posible concluir que la intención va más allá. Ejemplo de esto es una oferta de trabajo publicada hace ya algún tiempo y en donde afirma que la persona seleccionada se desenvolverá:
"Como ejecutivo del plan de salud para las plataformas de prestación de servicios de Verily, usted será responsable de apoyar el diseño de las soluciones de Verily utilizadas para gestionar el riesgo de las poblaciones de pacientes. Trabajando cómodamente en situaciones ambiguas, combinará una profunda experiencia en la industria de los seguros de salud, específicamente en planes de atención médica administrada, con soluciones de tecnología avanzada para mejorar los resultados y reducir los costos".
Para algunos expertos la incursión de Google en el mundo de los análisis de datos de salud para la venta de seguros de salud provocaría una transformación en esta industria, convirtiendo inmediatamente al buscador en la empresa de seguros más importantes a nivel global, efecto producido principalmente por la capacidad y precisión que tendría de calcular el riesgo de cada persona en base a los datos entregados por los mismos usuarios y sus pulseras. En casos extremos permitiría, por ejemplo, generar un sistema de ajuste automático de la póliza contratada en base a los signos vitales reportados por algún weareable.
Si bien parte de este relato está basado en suposiciones lógicas, el análisis del comportamiento que Google ha mantenido en otras áreas de negocio, sumado a la ruta en materia de datos de salud y seguros que ha desarrollado el buscador en los últimos años, hacen que muchos especialistas prevean –o teman– la incursión de esta compañía en el tratamiento de los datos de salud y la venta de seguros.