En el #36 de Polígono revisamos cómo el algoritmo de Instagram silencia las publicaciones que denuncian la violencia isrealí hacia el pueblo palestino y los motivos detrás de este grave hecho. Además, nos interiorizamos en los problemas de seguridad que presenta el Pase de Movilidad que permite, entre otras cosas, obtener información de salud de otra persona o incluso adulterar el documento, sin ninguna sanción de por medio.
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El apartheid isrealí en el algoritmo de Instagram
La profundización de la crisis en Gaza producto de la persecución que Israel se encuentra aplicando desde hace décadas en contra de la pueblo Palestina ha dado cuenta de cómo los algoritmos de las redes sociales no son neutros ni ajenos a los procesos sociales.
Acusaciones de usuarios y empleados en contra Instagram sobre cómo la red social resta visibilidad a publicaciones "pro-Palestina" fueron abordadas recientemente por la red social de Zuckerberg mediante la modificación del algoritmo que define qué publicación cuenta con mayor o menor posibilidad de ser vista por los usuarios. En concreto, hasta la fecha, Instagram se encontraba configurado para privilegiar la visibilidad del contenido original por sobre el reenviado, es decir que aquellas noticias compartidas en historias sobre los crímenes isrealíes tenían por defecto menores posibilidades de lograr un gran alcance.
Desde Instagram aclaran que si bien el cambio ha sido propiciado por los reclamos surgidos de la situación en Gaza, éste no es el único caso que los motiva a realizar el cambio algorítmico. Del mismo modo, aseveran que no existe una intencionalidad de parte de la red social de silenciar especialmente aquellas publicaciones pro palestina, sino que se trata de un efecto de la configuración global del algoritmo.
A pesar de estas declaraciones, lo cierto es que desde Facebook, la empresa propietaria de Instagram, un grupo de empleados y empleadas habían presentado quejas formales por esta situación al conocerse que palabras utilizadas normalmente en las redes sociales por el pueblo palestino como «mártir» o «resistencia» habían sido asociadas por el algoritmo a temáticas de violencia. Del mismo modo, la red social había eliminado publicaciones relacionadas al asalto isrealí a la mezquita Al Aqsa, el tercer lugar más importante del Islam, tras asociar este lugar de culto con una organización terrorista.
Estos hechos se suman a los reclamos de usuarios propietarios de cuentas dedicadas a la difusión de información palestina que denuncian una disminución considerable en la visibilidad de sus publicaciones, a pesar de ser contenido novedoso.
Los problemas de visibilización en redes sociales son complejos, debido a que producen sensaciones de censura para los usuarios, lo cual puede ser de alto impacto cuando se trata de personas o grupos de ellas que están siendo oprimidas, perseguidas y marginadas, y no cuentan con espacios de difusión masiva en los medios tradicionales de comunicación, los cuales suelen reguardar los intereses de aquellos que cometen los abusos o manifiestan sostener posturas neutrales que de igual forma benefician a los opresores.
En Instagram pareciera ser que esta medida es percibida como transitoria en cuanto mantienen la posición de privilegiar algorítmicamente aquellas publicaciones "originales", versus los reposteos o reenvíos de contenido. Si bien Instagram justifica estas acciones en base a mejorar "la experiencia del usuario", lo cierto es que detrás de este noble interés se encuentra la verdadera motivación, la cual es –cómo no– monetaria.
La lógica de ofrecer a los usuarios contenidos nuevos se relaciona con lo que entendemos como economía de la atención, es decir, aquella "competencia" que las aplicaciones del teléfono realizan por obtener mayor tiempo de atención de sus usuarios centradas en ellas. Esta situación se suma a la adicción que aplicaciones como Instagram producen en cuanto ofrecen virtualmente un feed infinito de información, donde basta con jalar hacia abajo la pantalla con el dedo para obtener más y nueva información, similar a la sensación que una máquina de casino produce en sus jugadores. En concreto: a más tiempo en la aplicación, más publicidad sus usuarios pueden ver y mayores son las probabilidades de que termine realizando alguna compra.
Como usuarios debemos ser conscientes del hecho de que lo que vemos en nuestros feeds de las redes sociales no es azaroso ni mucho menos neutral, pues todo se encuentra configurado para promover la exhibición de publicidad, la venta de productos y la obtención de información de nuestros gustos y comportamientos, siendo éstos los parámetros que guían las decisiones de las empresas sobre cómo configurar un algoritmo, dejando la necesidad de comunicar o mostrar situaciones de alta importancia para sus usuarios en segundo lugar.
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Las brechas de seguridad en el Pase de Movilidad
El día 23 de mayo el gobierno anunció la creación de un documento que permitía los viajes entre regiones para aquellas personas que habían completado su proceso de vacunación. Esta medida provocó gran polémica siendo evaluado como inoportuno por parte del Colegio Médico por el escenario sanitario actual y los efectos negativos que podría tener en el repunte de contagios por COVID-19.
Pero no son sólo problemas sanitarios los que este pase podría traer, sino que su implementación desde el punto de vista técnico ha sido evaluada como deficiente.
En términos simples el pase de movilidad se traduce en un código QR que se genera luego de un proceso de identificación a través del portal MeVacuno.cl, el cual al ser escaneado muestra información sobre si la persona que porta el pase completó o no su proceso de vacunación.
El problema surge en cuanto los mecanismos de creación y lectura de este código permiten que cualquier persona pueda acceder a los datos de un vacunado e incluso adulterar los datos, haciendo de este pase un documento de fácil falsificación.
Para peor, el pase de movilidad no cuenta con firma electrónica avanzada, lo que impide considerarlo como un instrumento público. Este hecho no es menor, pues al no contar con este sistema de validación y seguridad, los falsificadores no pueden ser sancionados por ley.
Además, el sistema está diseñado para entregar un código QR en base a una URL más o menos estandarizada, lo que permite que cambiando los datos de la URL un usuario pueda acceder eventualmente a la información de otra persona, sin contar con ningún conocimiento técnico, sólo con un poco de curiosidad. Este problema es gravísimo, pues en la práctica vulnera el derecho de privacidad de los datos de salud, los cuales virtualmente cuentan con un mayor nivel de protección que cualquier otro dato personal.
Según la información obtenida por el portal web de la radio Biobío, desde el Ministerio de Salud defienden la seguridad y privacidad del portal creado, mediante los siguientes argumentos:
- Se implementa silent authentication o anonymous authentication (asignación de usuarios únicos).
- Se limita para responder solo desde la URL oficial
- Se limita por IP la cantidad de consumos con diferentes caracteres
- Al detectar caracteres extraños devuelve información ilegible.
Lo cierto es que no es primera vez que en Polígono hablamos de las deficiencias o malas decisiones que durante la pandemia. De hecho, a la fecha de hoy no hemos obtenido respuesta desde el Ministerio a una solicitud de información sobre si se llegó a concretar el llamado "acuerdo de movilidad" que permitía el seguimiento de las personas a través de sus teléfonos, según anunció el actual ministro en noviembre del año pasado. Cabe señalar que en Polígono presentamos un amparo ante el Consejo para la Transparencia, quienes dictaminaron a favor de nosotros y oficiaron en abril de este año al ministerio informando la obligación de entregar la información solicitada.